¡En el nombre de Alá, el Compasivo, el Misericordioso! Enviamos a Noé a su pueblo: «¡Advierte a tu pueblo antes de que le alcance un castigo doloroso!»
1 Dijo: «¡Pueblo! Soy para vosotros un monitor que habla claro.
2 ¡Servid a Alá y temedle! ¡Y obedecedme!
3 Así, os perdonará vuestros pecados y os remitirá a un plazo fijo. Pero, cuando venza el plazo fijado por Alá, no podrá ya ser retardado. Si supierais...»
4 Dijo: «¡Señor! He llamado a mi pueblo noche y día.
5 Mi llamamiento sólo ha servido para que huyan más.
6 Siempre que les llamo para que Tú les perdones, se ponen los dedos en los oídos, se cubren con la ropa, se obstinan y se muestran en extremo altivos.
7 Además, les he llamado abiertamente
8 y les he hablado en público y en secreto.
9 Y he dicho: '¡Pedid perdón a vuestro Señor -Que es indulgente-
10 y enviará sobre vosotros del cielo una lluvia abundante!
11 Os dará mucha hacienda e hijos varones. Pondrá a vuestra disposición jardines, pondrá a vuestra disposición arroyos.
12 ¿Qué os pasa, que no esperáis de Alá magnanimidad,
13 habiéndoos creado en fases?
14 ¿No habéis visto cómo ha creado Alá siete cielos superpuestos
15 y puesto en ellos la luna como luz y el sol como lámpara?
16 Alá os ha hecho crecer de la tierra como plantas.
17 Después, os hará volver a ella, y os sacará.
18 Alá os ha puesto la tierra como alfombra
19 para que recorráis en ella caminos, anchos pasos'».
20 Noé dijo: «¡Señor! Me han desobedecido y han seguido a aquéllos cuya hacienda e hijos no hacen sino perderles más.
21 Han perpetrado una enorme intriga.
22 Y dicen: '¡No abandonéis a vuestros dioses! ¡No abandonéis a Wadd, ni a Suwaa, ni a Yagut, a Yauq y a Nasr!'
23 Han extraviado a muchos. A los impíos ¡no hagas sino extraviarles más!»
24 Por sus pecados, fueron anegados e introducidos en un Fuego. No encontraron quien, fuera de Alá, les auxiliara.
25 Noé dijo: «¡Señor! ¡No dejes en la tierra a ningún infiel con vida!
26 Si les dejas, extraviarán a Tus siervos y no engendrarán sino a pecadores, infieles pertinaces.
27 ¡Señor! ¡Perdónanos, a mi y a mis padres, a quien entre en mi casa como creyente, a los creyentes y a las creyentes! Y a los impíos ¡no hagas sino perderles más!»
28